Por lo tanto, adhiriéndonos fielmente a la tradición recibida desde el principio de la fe cristiana, para la gloria de Dios nuestro Salvador, para la exaltación de la religión católica y para la salvación de los pueblos cristianos, con la aprobación del sagrado concilio, enseñamos y definimos que es un dogma divinamente revelado: que el Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, es decir, cuando, ejerciendo su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina relativa a la fe o a la moral que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le prometió el beato Pedro, aquella infalibilidad con la que el divino Redentor quiso que su Iglesia fuera dotada para definir la doctrina relativa a la fe o la moral; y por lo tanto, que tales definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia. Pero si alguien, que Dios no lo quiera, debe presumir de contradecir esta nuestra definición: que sea anatema.
Artículo parte 1 https://drive.google.com/file/d/1-zm1bVQ0QFq85rNcZbaNJsl793kQ_cjI/view?usp=sharing
Artículo parte 2 https://drive.google.com/file/d/1rjPsGbaZIJogwaKe60vx8iLhuyYe4U7D/view?usp=sharing
VOLUMEN DEL CUAL SE EXTRAEN ESTOS CONTENIDOS
https://aroucapress.com/are-canonizations-infallible