La pornografía es una daño físico, moral y espiritual

 

¿Qué buscamos?, ¿qué esperamos encontrar?, ¿cuál es la sed que buscamos saciar?, son algunas preguntas que pueden comenzar a arrojarnos luces. Pero un examen más pausado podría interpelarnos e iluminar un poco más las zonas a oscuras.

Nuestro anhelo más grande – como explica el video – es de comunión, de amor, de fecundidad. Déjame decírtelo en tono superlativo: buscamos desesperadamente amar, apasionadamente querer.

Pero si no reconocemos qué es lo único que puede saciar este deseo de amor – el fin para el que fuimos creados: la comunión con Dios -, se desordena. Sin entender el anhelo originario, impreso en nuestra alma, no sabemos cómo encontrarlo ni dónde o cómo buscarlo.

Es lógico que de aquí inicien quiebres entre el amor y la sexualidad.


 Podemos leer más aquí https://catholic-link.com/salir-de-la-pornografia/